La tuberculosis y el deporte de alta competición en Davos
Willem Saris y Arie Berghout
A través de los siglos la Tuberculosis (TB) ha sido una enfermedad muy temida porque no existía una cura. En el siglo XIX la tuberculosis era la principal causa de muerte en los EE.UU.; en torno a 1900, unas 450 personas morían al día. En Europa, tanto en las grandes ciudades como en pueblos aislados, la tasa de mortalidad de TB aumentó en 1750 de1/6 a 1/4 en 1900. A pesar de los esfuerzos por encontrar una cura, todo era en vano.
En 1868, el francés, Jean Antoine Villemin demostró que la TB no era hereditaria, pero sí contagiosa.
En 1868, el francés, Jean Antoine Villemin demostró que la TB no era hereditaria, pero sí contagiosa.
El médico alemán, Hermann Brehmer se vio afectado por esta enfermedad. Se fue al Himalaya a realizar sus estudios y regresó curado de la tuberculosis. Escribió una tesis titulada "La tuberculosis, una enfermedad curable". En 1854 se construyó un sanatorio en Görbersdorf (Polonia) para pacientes con tuberculosis. Esta ciudad está a una altitud de 650 metros sobre el nivel del mar. Uno de sus pacientes, Peter Dettweiler, creó también en 1877 un hospital en Falkenberg (Alemania). Estos hospitales tenían el mismo objetivo: los pacientes debían tener un montón de aire fresco en un lugar de gran altitud, además de una buena alimentación.
En 1882, el alemán Robert Koch demostró que la enfermedad la causaba una bacteria que se podía encontrar en el esputo de los pacientes por lo que quedaba claro que la enfermedad se transmitía a través de los estornudos y la tos. Esto condujo a que los pacientes con tuberculosis se convirtieran en "intocables" dentro de la sociedad: los pobres eran aislados en sanatorios de baja calidad, mientras que para la clase media y alta se crearon sanatorios con unas infraestructuras más lujosas.
El primero ellos, el sanatorio Adirondack Cottage, fue creado en 1884 por el Dr. Edward Livingston Trudeau en las montañas cerca del lago Saranac, donde él mismo fue tratado de esta enfermedad.
Sus pacientes estaban obligados a seguir una estricta dieta y a realizar ejercicios. Se les suministraban tres comidas al día y cada 4 horas un vaso de leche. Se animaba a los pacientes a pasar el mayor tiempo posible al aire libre, primero en la terraza del sanatorio y luego pasear al aire libre por el jardín. Sanatorios similares abrieron cerca de las ciudades aislando así a los pacientes con tuberculosis del resto de la población para evitar el contagio.
El primero ellos, el sanatorio Adirondack Cottage, fue creado en 1884 por el Dr. Edward Livingston Trudeau en las montañas cerca del lago Saranac, donde él mismo fue tratado de esta enfermedad.
Sus pacientes estaban obligados a seguir una estricta dieta y a realizar ejercicios. Se les suministraban tres comidas al día y cada 4 horas un vaso de leche. Se animaba a los pacientes a pasar el mayor tiempo posible al aire libre, primero en la terraza del sanatorio y luego pasear al aire libre por el jardín. Sanatorios similares abrieron cerca de las ciudades aislando así a los pacientes con tuberculosis del resto de la población para evitar el contagio.
Dos importantes descubrimientos se produjeron en el siglo XX. En primer lugar se determinó que las bacterias de la tuberculosis de los animales (vacas) eran exactamente las mismas que las de los seres humanos. Eso significaba que la leche también podría ser transmisora de la enfermedad. Por tanto, la solución era pasteurizarla o beber sólo leche de las vacas sanas. El segundo acontecimiento importante sería en 1944 con el descubrimiento del antibiótico que podría curar la tuberculosis así que desde aquel momento, la enfermedad se podía curar fácilmente sin aislamiento de los pacientes en sanatorios.
El tratamiento de la tuberculosis en Davos
El doctor Alexander Spengler observó que en la región de Davos no se dieron casos de tuberculosis pero sí que los trabajadores muy fuertes que bajaban las colinas para trabajar a veces volvían con TB y que se recuperaban rápidamente tras quedarse en las montañas de Davos. Así que él creía que el aire fresco de las montañas era un factor muy importante. Además de eso pensó que otro de los factores fundamentales era una buena alimentación. Cuando consideró que sería buena idea tratar a los pacientes con TB en Davos, recorrió diferentes centros de salud en Alemania llamados "Kurorte" donde se trataba a pacientes con diferentes enfermedades. En ese viaje, en 1862, se informó acerca de los procedimientos en los diferentes centros y los efectos de los tratamientos. Cuando desarrolló el tratamiento de los pacientes con tuberculosis en Davos siguió más o menos los métodos vistos en otros “Kurorte”. Los aspectos más importantes eran que los pacientes debían pasar tanto tiempo como fuera posible al aire fresco, hacer ejercicio y una buena alimentación. Parecía especialmente importante que bebieran leche fresca caliente de vaca, posiblemente con coñac y vino Veltliner. Además, se le dio mucha importancia al efecto de las duchas de agua fría.
El doctor Alexander Spengler observó que en la región de Davos no se dieron casos de tuberculosis pero sí que los trabajadores muy fuertes que bajaban las colinas para trabajar a veces volvían con TB y que se recuperaban rápidamente tras quedarse en las montañas de Davos. Así que él creía que el aire fresco de las montañas era un factor muy importante. Además de eso pensó que otro de los factores fundamentales era una buena alimentación. Cuando consideró que sería buena idea tratar a los pacientes con TB en Davos, recorrió diferentes centros de salud en Alemania llamados "Kurorte" donde se trataba a pacientes con diferentes enfermedades. En ese viaje, en 1862, se informó acerca de los procedimientos en los diferentes centros y los efectos de los tratamientos. Cuando desarrolló el tratamiento de los pacientes con tuberculosis en Davos siguió más o menos los métodos vistos en otros “Kurorte”. Los aspectos más importantes eran que los pacientes debían pasar tanto tiempo como fuera posible al aire fresco, hacer ejercicio y una buena alimentación. Parecía especialmente importante que bebieran leche fresca caliente de vaca, posiblemente con coñac y vino Veltliner. Además, se le dio mucha importancia al efecto de las duchas de agua fría.
Al contrario que en un sanatorio estándar, los pacientes podían moverse libremente y tener contacto entre ellos dentro y fuera del hospital. En un principio no se contaba con suficientes hospitales y los pacientes se quedaban en las casas de la población local.
Con la llegada del Dr. Turban (1889) el proceso cambió, al menos en su hospital. Él obligó a los pacientes a permanecer en el hospital y colocó las camas en los balcones para que se movieran menos. Él introdujo las reglas de un sanatorio en su hospital y prohibió el contacto de sus pacientes con el exterior.
Con la llegada del Dr. Turban (1889) el proceso cambió, al menos en su hospital. Él obligó a los pacientes a permanecer en el hospital y colocó las camas en los balcones para que se movieran menos. Él introdujo las reglas de un sanatorio en su hospital y prohibió el contacto de sus pacientes con el exterior.
La visita en 1922 del médico Isidoro Snapper
En 1922, un famoso médico holandés, Isidoro Snapper, fue invitado como guía de un grupo de 30 médicos de los Países Bajos para visitar los centros médicos de Suiza. Snapper mencionó que los visitantes holandeses se sorprendieron al ver que los pacientes paseaban por la calle, iban a tomar algo fuera del sanatorio y paseaban por caminos de montaña. A los visitantes también les sorprendió el hecho de que los sanatorios estuvieran al lado de la carretera y muy juntos. En los Países Bajos los sanatorios se construyeron en los parques rodeados de árboles para mantener el aire limpio y además se cerraron las instituciones como medida de prevención y evitar así el contagio.
Con el profesor Jessen discutieron las quejas aunque él no estaba de acuerdo con ellos. Destacó que la cuestión más importante era el aire de montaña para los pacientes y no consideró esas quejas como importantes. Esto no quiere decir que en su sanatorio se ignoraran estos aspectos negativos. No era el caso.
En 1922, un famoso médico holandés, Isidoro Snapper, fue invitado como guía de un grupo de 30 médicos de los Países Bajos para visitar los centros médicos de Suiza. Snapper mencionó que los visitantes holandeses se sorprendieron al ver que los pacientes paseaban por la calle, iban a tomar algo fuera del sanatorio y paseaban por caminos de montaña. A los visitantes también les sorprendió el hecho de que los sanatorios estuvieran al lado de la carretera y muy juntos. En los Países Bajos los sanatorios se construyeron en los parques rodeados de árboles para mantener el aire limpio y además se cerraron las instituciones como medida de prevención y evitar así el contagio.
Con el profesor Jessen discutieron las quejas aunque él no estaba de acuerdo con ellos. Destacó que la cuestión más importante era el aire de montaña para los pacientes y no consideró esas quejas como importantes. Esto no quiere decir que en su sanatorio se ignoraran estos aspectos negativos. No era el caso.
¿La tuberculosis y el deporte de alta competición?
Como habéis podido ver, desde 1890 hasta 1950 Davos fue un centro para pacientes con tuberculosis. Los médicos que visitaron Davos en 1922 se sorprendieron de que una gran parte de los pacientes con tuberculosis fuera tratada en sanatorios no aislados, incluso paseaban libremente por la ciudad. Durante ese mismo período los mejores patinadores de velocidad fueron 14 veces a Davos para participar en los campeonatos de Europa y del Mundo. De hecho, muchos patinadores iban de visita a Davos para formarse cuando no había campeonatos. Sólo durante las guerras mundiales dejaron de ir allí. Esto es sorprendente si nos paramos a pensar en cómo la gente tenía miedo de la tuberculosis y con razón. Una enfermera, Hella Fredman, que trabajó toda su vida en los hospitales en Davos comentaba que, probablemente toda la población de Davos estaba contagiada pero realmente ni lo sabían.
Cuando fuimos a Davos por primera vez en 1973 la enfermedad ya estaba erradicada pero hasta 1950 fue un serio problema.
Como habéis podido ver, desde 1890 hasta 1950 Davos fue un centro para pacientes con tuberculosis. Los médicos que visitaron Davos en 1922 se sorprendieron de que una gran parte de los pacientes con tuberculosis fuera tratada en sanatorios no aislados, incluso paseaban libremente por la ciudad. Durante ese mismo período los mejores patinadores de velocidad fueron 14 veces a Davos para participar en los campeonatos de Europa y del Mundo. De hecho, muchos patinadores iban de visita a Davos para formarse cuando no había campeonatos. Sólo durante las guerras mundiales dejaron de ir allí. Esto es sorprendente si nos paramos a pensar en cómo la gente tenía miedo de la tuberculosis y con razón. Una enfermera, Hella Fredman, que trabajó toda su vida en los hospitales en Davos comentaba que, probablemente toda la población de Davos estaba contagiada pero realmente ni lo sabían.
Cuando fuimos a Davos por primera vez en 1973 la enfermedad ya estaba erradicada pero hasta 1950 fue un serio problema.