El origen social de los patinadores y las carreras benéficas
Ron Couwenhoven nos informa acerca de las ocupaciones, edades y circunstancias familiares de los participantes de algunas carreras. Esto es interesante porque nos hacemos una idea de la gente que participaba en los campeonatos. La información sobre el campeonato del 17 de enero de 1838 es bastante completa. Logró encontrar datos de 96 de los 98 participantes. Casi el 60% de los participantes eran obreros o empleados en diferentes negocios, que ganaban muy poco dinero. Un tercio de los participantes poseía alguna propiedad como tierra para la agricultura o como un barco pero aún así tampoco eran muy ricos. El invierno era, sin duda, la estación con menos ingresos por la falta de trabajo. Y por último, un pequeño grupo (menos de 10%) compuesto por la clase media. Lo más llamativo es que no participara la gente de un estatus más alto como los abogados, maestros, funcionarios, gobernadores locales, etc. También patinaban como veremos más adelante, pero no en estos campeonatos. Ellos eran los que aportaban el dinero para estos eventos. Por tanto, participaron principalmente los obreros, los pequeños propietarios y los marineros. Sus edades como era de esperar, estaban comprendidas entre los 20 y 40 años, con algunas excepciones. En general, la mayoría tenía entre 20 y 30 años de edad.
Caridad y campeonatos de patinaje
Tras de la ocupación francesa en de los Países Bajos había muchas personas mucha gente se encontraba sin trabajo y había muchos pobres. Un general, Van den Bosch, pensó que algo había que hacer y creó una asociación caritativa, "Maatschappij van Weldadigheid". Esta asociación adquirió un terreno para dar trabajo a los desempleados. Esta iniciativa fue muy criticada por protestantes conservadores argumentando que "uno no debe interferir en el orden creado por Dios. Los pobres y los más necesitados existen como una parte de la sociedad para que los ricos puedan mostrar misericordia como prueba de su amor al prójimo.”
Caridad y campeonatos de patinaje
Tras de la ocupación francesa en de los Países Bajos había muchas personas mucha gente se encontraba sin trabajo y había muchos pobres. Un general, Van den Bosch, pensó que algo había que hacer y creó una asociación caritativa, "Maatschappij van Weldadigheid". Esta asociación adquirió un terreno para dar trabajo a los desempleados. Esta iniciativa fue muy criticada por protestantes conservadores argumentando que "uno no debe interferir en el orden creado por Dios. Los pobres y los más necesitados existen como una parte de la sociedad para que los ricos puedan mostrar misericordia como prueba de su amor al prójimo.”
En Frisia también había mucha pobreza. La investigación de Ron Couwenhoven revelaba por ejemplo que en 1860, en Dokkum una cuarta parte de la población necesitaba ayuda a pesar de que el invierno no había sido muy duro.
Si un invierno se alargaba mucho, las reservas se agotaban rápidamente y la gente no tenía dinero para calefacción, ropa y ni siguiera para comida. Estas personas necesitaban ayuda para sobrevivir.
En aquel momento no había seguridad social. Afortunadamente el punto de vista extremo de los protestantes no fue compartido por mucha gente y algunas organizaciones trataron de apoyar a los más pobres: Una de ellas se ocupaba de los fondos para los pobres como antes os he mencionado; otra, de labores de caridad de las iglesias y la última de las actividades de los gobiernos locales para los pobres.
Las élites de las ciudades también intentaron contribuir organizando los campeonatos de patinaje. Los premios de estos campeonatos eran un extra bienvenido para los mejores patinadores y en muchas ocasiones una parte del beneficio obtenido por la organización del campeonato se donaba a los fondos para los pobres.
“Campeonatos de tocino y frijoles”
A mediados de siglo, se introdujo un nuevo enfoque para ayudar a los pobres: "Campeonatos de tocino y frijoles". En estos campeonatos todos los participantes, indiferentemente de si ganaban o perdían recibían una ayuda en forma de comida, tocino y/o frijoles o bien ropa. En 1865 se organizó un campeonato en el que había registrados 64 hombres y mujeres pobres. Todos estos participantes obtendrían partes de un cerdo bien engordado, mientras que los ganadores recibirían, por supuesto, algo más que los demás. Al finalizar los campeonatos la organización les ofreció también a los participantes algo de beber y un dulce. Ese día terminó con una gran fiesta donde la gente, para sorpresa de los organizadores, sin haber bebido alcohol cantaba canciones populares conocidas.
Si un invierno se alargaba mucho, las reservas se agotaban rápidamente y la gente no tenía dinero para calefacción, ropa y ni siguiera para comida. Estas personas necesitaban ayuda para sobrevivir.
En aquel momento no había seguridad social. Afortunadamente el punto de vista extremo de los protestantes no fue compartido por mucha gente y algunas organizaciones trataron de apoyar a los más pobres: Una de ellas se ocupaba de los fondos para los pobres como antes os he mencionado; otra, de labores de caridad de las iglesias y la última de las actividades de los gobiernos locales para los pobres.
Las élites de las ciudades también intentaron contribuir organizando los campeonatos de patinaje. Los premios de estos campeonatos eran un extra bienvenido para los mejores patinadores y en muchas ocasiones una parte del beneficio obtenido por la organización del campeonato se donaba a los fondos para los pobres.
“Campeonatos de tocino y frijoles”
A mediados de siglo, se introdujo un nuevo enfoque para ayudar a los pobres: "Campeonatos de tocino y frijoles". En estos campeonatos todos los participantes, indiferentemente de si ganaban o perdían recibían una ayuda en forma de comida, tocino y/o frijoles o bien ropa. En 1865 se organizó un campeonato en el que había registrados 64 hombres y mujeres pobres. Todos estos participantes obtendrían partes de un cerdo bien engordado, mientras que los ganadores recibirían, por supuesto, algo más que los demás. Al finalizar los campeonatos la organización les ofreció también a los participantes algo de beber y un dulce. Ese día terminó con una gran fiesta donde la gente, para sorpresa de los organizadores, sin haber bebido alcohol cantaba canciones populares conocidas.
El fin de los " campeonatos de tocino y frijoles"
El invierno de 1890 fue largo y muy frío. En Leeuwarden se organizó un campeonato de patinaje para trabajadores casados y pobres. A todos les entregaron regalos como alimentos, ropa o turba para la calefacción. Un total de 427 personas se inscribieron para participar en las carreras. Algunos de ellos con más de 70 años e incluso mayores de 80. Muchos de los participantes no pudieron patinar y solo inscribieron para recibir los regalos. Esto condujo a situaciones cuestionables. Una gran multitud iba a ver las carreras. La gente se lo pasaba muy bien y la música sonaba a todo volumen cuando a una persona, que no podía patiner, le costaba llegar a la meta. Sin embargo,este tipo de diversión a costa de otras personas no podía continuar durante mucho tiempo. Por otras partes del país comenzaron las críticas. En estas zonas, las organizaciones permitían que las personas que no eran capaces de patinar fueran sustituidas por verdaderos patinadores . Sin embargo, esas áreas tenían sus propios problemas como os explicaré en la siguiente historia. En la prensa local no tardaron en aparecer quejas. El caso, por ejemplo, de un periódico donde se presentaba una caricatura que evidenciaba el ridículo de estos "campeonatos de patinaje", como podéis ver al lado. El final de estas actividades llegaría en 1896 después de que Douwe Kalma escribiera. "No me puedo imaginar una humillación publica peor que el “campeonato de tocino y frijoles."
El invierno de 1890 fue largo y muy frío. En Leeuwarden se organizó un campeonato de patinaje para trabajadores casados y pobres. A todos les entregaron regalos como alimentos, ropa o turba para la calefacción. Un total de 427 personas se inscribieron para participar en las carreras. Algunos de ellos con más de 70 años e incluso mayores de 80. Muchos de los participantes no pudieron patinar y solo inscribieron para recibir los regalos. Esto condujo a situaciones cuestionables. Una gran multitud iba a ver las carreras. La gente se lo pasaba muy bien y la música sonaba a todo volumen cuando a una persona, que no podía patiner, le costaba llegar a la meta. Sin embargo,este tipo de diversión a costa de otras personas no podía continuar durante mucho tiempo. Por otras partes del país comenzaron las críticas. En estas zonas, las organizaciones permitían que las personas que no eran capaces de patinar fueran sustituidas por verdaderos patinadores . Sin embargo, esas áreas tenían sus propios problemas como os explicaré en la siguiente historia. En la prensa local no tardaron en aparecer quejas. El caso, por ejemplo, de un periódico donde se presentaba una caricatura que evidenciaba el ridículo de estos "campeonatos de patinaje", como podéis ver al lado. El final de estas actividades llegaría en 1896 después de que Douwe Kalma escribiera. "No me puedo imaginar una humillación publica peor que el “campeonato de tocino y frijoles."
Desde aquel año esos campeonatos dejaron de celebrarse. No quiere decir esto que los campeonatos de corta distancia desaparecieran. Se celebraban carreras por dinero como os explicaré en otra sección. Sólo se suspendió este exceso de supuesta caridad. De hecho, todavía se producen carreras de patinaje de velocidad de corta distancia, ahora bajo el nombre de "Korte baan wedstrijden". Os dejo un video para que lo veáis.
Interesante subrayar que en aquel contexto de la escena de patinaje en el siglo XIX, la clase más alta comenzó a organizar, a finales del siglo, carreras entre ellos pero en ese caso, por supuesto, sólo por el honor de ganar y no por dinero.