Hubo más que patinaje en 1890
Como ya os he referido en otro de los apartados de mi página web, durante el invierno de 1890/91 mucha gente patinó la “Elfstedentocht". Dediqué un interés especial a la ruta de Pim Mulier que más tarde se convertiría en un fuerte promotor de la organización oficial de la "Elfstedentocht". Sin embargo, y debido al duro invierno de aquel año, hubo también cientos de personas que hicieron el recorrido. Las heladas comenzaron el 26 de noviembre 1890 y continuaron hasta el 22 de enero 1891. Para los ricos este invierno significaba diversión ya que podrían patinar sus rutas.
Sin embargo, también estaba la otra cara de la situación. Había gente del campo sin propiedades que trabajaba, si había trabajo, como jornaleros para los ricos propietarios de fincas. Durante los inviernos normales, el tiempo cambia con regularidad y los períodos de los que hablamos, sin heladas, había trabajo para ellos. En el invierno de 1890/91 no existieron tales períodos y por lo tanto, tampoco trabajo. Después de un tiempo, el dinero ahorrado se terminaba, no tenían más madera para calentar sus casas.ni tampoco suficiente comida para los muchos hijos que tenían. El número de personas en esta situación fue creciendo día a día.
Herman De Man relata en su libro “De barre Winter van negentig” (El duro invierno del 90), que una persona con vocación religiosa, Gerrit Bonteval, se dirigió a su pueblo predicando las palabras de la Biblia: “ dad y recibiréis”. Él creía que si iban a pedir ayuda a los agricultores, para quienes trabajaban con frecuencia y que tenían mucha madera, comida y dinero, estos les ayudarían guiados por su fe religiosa. Y era cierto. Volvian a casa con el coche cargado de regalos.
Tambien estaba Bart Ypma, conocido por leer libros “ateos” que le decía a la gente que “la propiedad es robo”. Preguntado por su propiedad, un barco, respondió matizando un poco más: “la propiedad es robo solamente si hay más de una necesidad de supervivencia. El pan que come el trabajador no es robado, pero el dinero que el agricultor gana gracias a las ganancias obtenidas de los préstamos a los trabajadores es un robo”. El invierno continuó y los jornaleros se desesperaron. Él les dijo: “Ahora veis cómo la gente rica os deja morir. Podéis comeros a vuestros propios hijos. Eso será lo último. Los agricultores no os darán lo que os han robado. Venid y vayamos a conseguir comida donde la haya en descarada abundancia”. Estas palabras causaron un gran impacto y mucha gente desesperada le siguió. Su primera acción fue robar el coche del grupo “religioso” de Gerrit Bonteval con los regalos que ellos habían recogido y repartirlos entre los miembros de su propio grupo. Después de eso, recorrieron el país obligando a los agricultores a compartir sus provisiones con ellos. Si no lo hacían se las llevaban a la fuerza, hechos que provocaron muchas muertes entre los agricultores.
Os cuento esta historia para mostraros que la diversión de patinar tours como la "Elfstedentocht" en aquel momento en particular era una actividad para los ciudadanos ricos de los Países Bajos. Pim Mulier y su asociación no estaban vinculados con la vida de la gente pobre en aquella época a pesar de que ellos también patinaban. Os contaré más acerca de esto en la próxima historia.
Herman De Man relata en su libro “De barre Winter van negentig” (El duro invierno del 90), que una persona con vocación religiosa, Gerrit Bonteval, se dirigió a su pueblo predicando las palabras de la Biblia: “ dad y recibiréis”. Él creía que si iban a pedir ayuda a los agricultores, para quienes trabajaban con frecuencia y que tenían mucha madera, comida y dinero, estos les ayudarían guiados por su fe religiosa. Y era cierto. Volvian a casa con el coche cargado de regalos.
Tambien estaba Bart Ypma, conocido por leer libros “ateos” que le decía a la gente que “la propiedad es robo”. Preguntado por su propiedad, un barco, respondió matizando un poco más: “la propiedad es robo solamente si hay más de una necesidad de supervivencia. El pan que come el trabajador no es robado, pero el dinero que el agricultor gana gracias a las ganancias obtenidas de los préstamos a los trabajadores es un robo”. El invierno continuó y los jornaleros se desesperaron. Él les dijo: “Ahora veis cómo la gente rica os deja morir. Podéis comeros a vuestros propios hijos. Eso será lo último. Los agricultores no os darán lo que os han robado. Venid y vayamos a conseguir comida donde la haya en descarada abundancia”. Estas palabras causaron un gran impacto y mucha gente desesperada le siguió. Su primera acción fue robar el coche del grupo “religioso” de Gerrit Bonteval con los regalos que ellos habían recogido y repartirlos entre los miembros de su propio grupo. Después de eso, recorrieron el país obligando a los agricultores a compartir sus provisiones con ellos. Si no lo hacían se las llevaban a la fuerza, hechos que provocaron muchas muertes entre los agricultores.
Os cuento esta historia para mostraros que la diversión de patinar tours como la "Elfstedentocht" en aquel momento en particular era una actividad para los ciudadanos ricos de los Países Bajos. Pim Mulier y su asociación no estaban vinculados con la vida de la gente pobre en aquella época a pesar de que ellos también patinaban. Os contaré más acerca de esto en la próxima historia.